Ayer, 14 de julio, viendo el Telenoticies (TV3) capté unas imágenes por azar del momento en el que a Messi le hacían la revisión médica habitual al inicio de la temporada. Durante unos segundos la cámara captó el momento en el que el médico medía la altura del admirable y admirado futbolista del Barça… y ¡aahh! fueron unos instantes reveladores que daría cualquier cosa por volver a disponer de ellos y tranformarlos en un gif. He intentado acceder a los archivos de TV3 pero han sido sustituidas por la misma escena pero con Iniesta en vez de Messi. Lástima, pero a falta de la imagen intentaré describirlo y añadir un dibujo aclaratorio.
(La foto adjunta corresponde al mismo momento que describo, pero en algun otro año anterior)
En la escena que pude ver ayer, en el momento de la medición, cuando el médico baja el listón metálico hacia la cabeza del deportista, Messi hace el gesto instintivo de “levantar la cabeza”, de la manera característica que suelen hacerlo las personas de baja estatura, que es elevando el mentón.
Si os fijais, cuando hacemos este gesto de elevar el mentón, toda la cara se eleva y tambien los ojos, dando la impresión a la persona que lo hace de “crecer”, porque consigue elevar uno o dos centímetros los ojos por encima de la posición anterior. Pero tambien podeis observar que, a pesar de que la cara se eleva, la nuca se retrae y este gesto lo que provoca es disminuir la altura tambien en uno o dos centímetros. Justo lo contrario de lo que se pretendía.
En la escena de ayer esto quedaba perfectamente claro. En un primer momento, Messi levanta el mentón en un movimiento de extensión de la cabeza respecto del cuello, de manera más exagerada aun que en la fotografia adjunta, e inmediatamente después el médico le corrige la postura volviendo a colocar la cabeza en su sitio en un movimiento de flexión de la cabeza respecto del cuello, consiguiendo así que el punto más alto de la cabeza, la coronilla, vuelva a elevarse a su posición correcta.
Esta corrección postural, y mejor aun, la conciencia que podamos tener de ella y de sus consecuencias, tiene una enorme importancia no solo en la altura subjetiva de la persona, que finalmente es solo una cuestión anecdótica como en este caso, sino en el efecto que tiene a nivel tensional en toda la musculatura posterior del cuello cuando este hábito se convierte en el patrón habitual de la persona.
Patologias funcionales tan comunes como la cervicalgia tensional y la sensación de inestabilidad pueden estar favorecidas por este hábito de mala posición del cráneo respecto a la columna cervical.
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